sábado, 8 de junio de 2019

Brindis pascual en Pentecostés

El motivo de la portada está tomado de la letra capital «D»
del antifonario del
tiempo pascual procedente del Monasterio de Espeja
y que se custodia en la Catedral
del Burgo de Osma (Soria)
Vemos una representación de Pentecostés, según nos la cuenta Lucas en los Hechos de los Apóstoles: «Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos». Centrando la escena vemos a María, y frente a ella reconocemos nimbada a la Magdalena.


BRINDIS PASCUAL
Solemnidad de Pentecostés,
en Cabanillas, villa del Reino de Navarra,
el 23 de Mayo del Año del Señor, 2010.

Suba nuestra alabanza
al Dios que ha recibido complacido
la sangre derramada de Nuestro Señor Jesucristo
y ha levantado su nombre sobre todo nombre.


Suba nuestra alabanza
porque el Resucitado ha insuflado su Espíritu
en una minúscula cuadrilla de apóstoles vacilantes
y los ha enviado como signo de reconciliación entre las gentes.


Suba nuestra alabanza
en esta gloriosa fiesta de Pentecostés
porque ha sentenciado la maldición de Babel
izando el estandarte de la fraternidad universal.


Suba nuestra alabanza
porque Dios viene a despertar
nuestra ilusión adormecida
y la utopía que alienta en nuestros corazones.


Suba nuestra alabanza
porque el Espíritu de Dios nos hace renacer
desplegando horizontes de esperanza
y balanceándonos en las alas de la confianza.


Suba nuestra alabanza
porque en este día descubrimos
que solamente el amor
hace sobrarse a la vida.


Suba nuestra alabanza
por el servicio humilde y gratuito
de todos los que sostienen y avivan
los pábilos débiles y vacilantes.


Suba nuestra alabanza
porque del corazón entregado y alanceado de Nuestro Señor
han brotado en un torrente de sangre y agua
los sacramentos de la Iglesia.


Suba nuestra alabanza
al Dios que creó los cielos y la tierra
y nos ha elegido en su Hijo Jesucristo
para ser imagen de su propia gloria.


A Dios creador,
a Jesucristo redentor,
al Espíritu santificador,
sean las alabanzas, el honor y la gloria
por los siglos de los siglos. AMÉN.



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